ARREPENTIMIENTO
Me arrepiento de haberme engañado
con lo que fuere una ilusión.
No me arrepiento claro,
de haber seguido a mi corazón.
Me arrepiento de haber hecho daño
con cada una de mis decisiones.
No me arrepiento, al contrario,
de haberlas tomado.
No me arrepiento tampoco,
de haber sido yo quien te hacía reír
cuando él te hacia llorar.
Me arrepiento de haberte escuchado
cuando decías que conmigo podías estar,
y ambos sabíamos que era mentira.
No me arrepiento de ser yo
quien te hacía olvidar de todo
aunque haya sido al menos
por un efímero momento.
Me arrepiento de haber creído
que sería para siempre.
No me arrepiento de haber abierto
de puerta a puerta mi corazón.
Me arrepiento de haberlo hecho
en el momento equivocado.
No me arrepiento de habértelo dado todo,
porque ahora sé de qué soy capaz,
y de qué no lo soy.
No me arrepiento de haber cometido
un centenar de errores,
porque sé que no volveré a cometerlos.
Y sí me arrepiento de no haber escuchado
mis propios consejos.
Pero no me arrepiento de haberme arriesgado
de todas formas.
No me arrepiento de haberte esperado,
puesto que pude entender
lo que es el dolor.
No me arrepiento de amarte,
puesto que me hiciste entender
lo que era el amor.
Me arrepiento de haberte extrañado tanto,
porque aún no puedo dejar de hacerlo.
Me arrepiento de haber llorado,
porque esas lágrimas no las recuperaré.
No me arrepiento de pasar tiempo contigo,
porque sé que ahora puedo ser tu amigo.
No me arrepiento de haberte conocido,
porque ahora sí creo en la existencia de los ángeles.
No me arrepiento de haberme clavado tus espinas,
si no nunca hubiese conocido
la belleza de una rosa.
No me arrepiento de tus cenizas,
porque sé que antes hubo fuego,
y adoré sentir su calor.
Me arrepiento de no haber encontrado la forma,
para no tener de qué arrepentirme.
No me arrepiento de tener tanto
de qué arrepentirme.
Me arrepentí constantemente de lo que hacía
porque todo el tiempo sentía
un inmenso dolor.
Pero no me arrepiento, en realidad,
de haberlo hecho,
porque sé que es lo mejor.
Me arrepiento de haber creído que eras mía,
y nunca dejaste de ser de él.
No me arrepiento de todo aquello
que me hizo aprender.
Me arrepiento de todo aquello
que pude haber hecho mejor.
Pero de qué sirve arrepentirse,
si el tiempo ya pasó.
No me arrepiento de no haber perdido
mi esperanza y mi ilusión,
hasta el último momento,
hasta el último aliento.
Ni de haberme dado por vencido
de una vez por todas.
Sí me arrepentiré luego
si tú te arrepientes,
y sea demasiado tarde
para el arrepentimiento.
